Heridas y demencia

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Cada vez vivimos más y, por tanto, hablamos más de heridas asociadas al envejecimiento, centrándonos habitualmente en la fragilidad cutánea, la arterioloesclerosis, la inmovilización o la malnutrición. Sin embargo, poco se habla de la demencia en las personas con heridas, una situación cada vez más frecuente en la consulta, también asociada a la edad, y un factor de riesgo de mala evolución.

¿Cómo afecta la demencia a la cicatrización de las heridas?

La demencia es un síndrome caracterizado por el deterioro gradual de la función cerebral que puede afectar a la memoria, el habla, la cognición, la personalidad, el comportamiento y la movilidad, con repercusión en el funcionamiento personal y social y finalmente dependencia de cuidadores. Esta discapacidad progresiva implica situaciones de riesgo tanto para el desarrollo como la cronificación de las heridas, entre ellas:

  • Menos movimiento, alteraciones de la marcha y dificultad para realizar cambios de posición.
  • Malnutrición y deshidratación.
  • Incontinencia, que produce lesiones asociadas a la humedad.
  • Agitación o inquietud, con movimientos repetidos que pueden implicar, por ejemplo, el roce y presión continuados de talones o codos, o el arrancamiento de apósitos y vendajes.
  • Medicación que produzca somnolencia, con aumento de riesgo de caídas.
  • Falta de comunicación, tanto para expresar sentimientos (dolor, preocupación, deseos) o entender recomendaciones (reposo con las piernas elevadas).

¿Qué está publicado sobre heridas en personas con demencia?

Poco. Una revisión bibliográfica en 2020 concluyó que la demencia es habitualmente un criterio de exclusión en los ensayos clínicos del campo de las heridas y lo que hay descrito es principalmente sobre prevalencia de úlceras por presión y desgarros cutáneos en este tipo de pacientes.2 Sobre claves de manejo en esta población he encontrado nada específico.1

Sobre lo que sí que hay recomendaciones es sobre un tema esencial, que es la comunicación con pacientes con demencia.3 He seleccionado estos consejos para comunicarte con una persona con demencia en la consulta:

  1. Colócate frente a ella, a su mismo nivel y establece contacto visual. Permanece quieto para que pueda centrarse en ti.
  2. Mantén la calma y sé paciente.
  3. Habla lento y claro, con frases cortas y simples, en un tono amable evitando el lenguaje infantil.
  4. Haz preguntas cerradas y dale tiempo para responder y expresarse. Mientras habla, asiente para demostrarle que le estás escuchando.
  5. Evita el lenguaje corporal que dé la impresión de que estás molesto o enfadado, como suspirar o cruzarte de brazos.
  6. Intenta comunicarte de diferentes maneras si la persona parece confusa, incluso con gestos o dibujos.
  7. Presta atención a su lenguaje corporal, ya que puede darte mucha información de cómo se siente.

¿Cuáles serían mis 7 recomendaciones desde mi experiencia con este tipo de pacientes?

Recuerda que el deterioro es muy variable entre las personas con demencia y que tenemos que adaptarnos a las necesidades biopsicosociales individuales, insistiendo en la educación sanitaria de los cuidadores. Teniendo esto en cuenta, aquí van mis recomendaciones:

  1. Rutina de aplicación de emolientes una o dos veces al día para proteger la barrera cutánea ante los posibles traumatismos de repetición.
  2. Uso de sillones reclinables para facilitar el cumplimiento de la recomendación de mantener las piernas elevadas durante el reposo para controlar el edema
  3. Uso de productos barrera de óxido de zinc para prevenir lesiones por humedad asociadas a la incontinencia.
  4. En laceraciones cutáneas, aplicar óxido de zinc en loción y alginato (cubierto con película de poliuretano en tronco y extremidades inferiores, y terapia compresiva adaptada a la persona en piernas) y mantener sin levantar 3 semanas hasta epitelización completa (o cambio previo si arrancamiento, pero siempre evitando en lavado excesivo y la fricción). Ver post: “Mi regla de 3 semanas sin levantar el alginato”.
  5. En caso de úlceras en maléolos, utilización de descargas “en herradura” para evitar la presión y la ficción durante el reposo en cama.
  6. En caso de movimientos repetidos con fricción de talones, utilización de taloneras de descarga.
  7. Uso de sistemas de compresión con cierre tipo velcro tanto por su efecto antiedema como protector ante traumatismos. Ver post: “Dispositivos de compresión con velcro: ¿Por qué nos gustan tanto?”

Referencias:

  1. Gunanayagam P, Iliopoulos J, Ahmad M. Considerations in wound care of patients living with dementia. Br J Nurs. 2022;31(20):S32-S40. 
  2. Parker CN, Finlayson KJ, Edwards HE, MacAndrew M. Exploring the prevalence and management of wounds for people with dementia in long-term care. Int Wound J. 2020;17(3):650–659.
  3. https://www.canada.ca/fr/sante-publique/services/maladies/demence/feuille-conseils-comment-communiquer.html

 

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