Atrofia blanca ulcerada e injertos en sello

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El título ampliado de este post sería: “Los injertos en sello son la salvación para la atrofia blanca ulcerada”;) He decidido escribir sobre este tema por un caso que acabo de publicar, con mi amiga Ana Orbea.

En su día le dediqué una entrada a la atrofia blanca asociada a la insuficiencia venosa (ver post “Atrofia blanca y acroangiodermatitis: dos alteraciones cutáneas asociadas a la insuficiencia venosa crónica”), así que aquí sólo haremos un pequeño recordatorio de las claves para entenderla y reconocerla.

La atrofia blanca (o “atrophie blanche”, que es el término francés con uso muy extendido) es la manera de denominar la presencia de placas atróficas estrelladas, de color blanco porcelana, con puntos rojos en su interior (vasos dilatados), que pueden aparecer en la pierna y/o el pie, y se corresponden histológicamente con áreas de esclerosis dérmica y atrofia epidérmica. Aparece en diferentes patologías que producen una alteración de la microcirculación con infartos tisulares y consiguientes áreas cicatriciales. Es decir, es un término que debe usarse para describir una alteración cutánea de aspecto cicatricial, que no es patognomónica de ninguna patología. Sin embargo, la causa más frecuente de atrofia blanca es la insuficiencia venosa crónica. De hecho, se enmarca en el estadio C4b de la clasificación CEAP (ver post “Corona flebectásica: signo de insuficiencia venosa crónica avanzada“)

Si se desarrollan úlceras en estas placas, suelen ser muy dolorosas y su tendencia a la cicatrización será menor que otras heridas en piernas con insuficiencia venosa.

Es típico que se trate de heridas superficiales, con fondo blanquecino-amarillento esclerosado, salpicado de zonas muy vascularizadas puntiformes.

El tratamiento de la atrofia blanca ulcerada se basará en el control de la hipertensión venosa, con medidas antiedema, terapia compresiva y, si es posible, tratamiento endovenoso (escleroterapia o técnicas de ablación térmica). Sin embargo, dado que son heridas que se producen en áreas “cicatriciales”, la cobertura con injertos en sello es, en mi experiencia, de elección para obtener una rápida reducción del dolor y aceleración de la epitelización.

Alguno os estaréis preguntando si los injertos en sello también serían beneficiosos en atrofia blanca ulcera secundaria a otras patologías, como la vasculopatía livedoide… ¡Por supuesto!

Para saber más sobre la vasculopatía livedoide ver post, “Atrofia blanca y acroangiodermatitis: dos alteraciones cutáneas asociadas a la insuficiencia venosa crónica”:)

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