El código de colores de los injertos en sello

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La técnica de obtención y aplicación de los injertos en la herida es muy simple. Sin embargo, para tener éxito con los injertos en sello es esencial conocer su “código de colores”;) En este post vamos a entender qué significan los diferentes colores que nos podemos encontrar en las curas posteriores al procedimiento. 

La coloración de los injertos está asociada con la neoangiogénesis. Como recordatorio, la neoangiogénesis es la formación de nuevos vasos, que ocurre en los primeros días tras el procedimiento. Hasta ese momento, los injertos no tienen su propio suministro de sangre, por lo que deben depender del lecho de la herida para obtener nutrientes. Si quieres profundizar sobre el tema, puedes leer “Braza ME, Fahrenkopf MP. Split-Thickness Skin Grafts. [Updated 2022 May 8]. In: StatPearls [Internet]”

Aviso importante antes de continuar: ¡Podemos encontrar todos los colores a la vez en una única herida! (De hecho, es algo muy frecuente;).

– Blanquecino-amarillento:

Esta coloración pálida de los injertos se debe a la isquemia porque todavía no se ha establecido una red vascular entre los vasos cortados en la parte inferior del injerto y los lechos capilares en el lecho de la herida. Los injertos sobreviven por imbición, es decir, el oxígeno y los nutrientes del lecho de la herida llegan al injerto por difusión pasiva. Esta coloración es normal durante la primera semana tras el proceso, habitualmente  se vuelve rosada o azulada en  los siguientes días al completarse el proceso de revascularización del injerto.

– Azul-violáceo:

Se debe a la congestión venosa de los injertos, que es una fase normal en el proceso de neoangiogénesis y, por tanto, signo de prendimiento. En las siguientes semanas se produce drenaje venoso de los nuevos vasos y la coloración se vuelve rosada.

– Rosado:

Indica prendimiento, es decir una conexión vascular entre el injerto y el lecho. Es habitual encontrar injertos rosados entremezclados con injertos azul-violáceos e, incluso, coloración rosada y violácea en el mismo injerto.

– Amarillento-marronáceo:

Es un signo de que los injertos se mantienen por imbibición, es decir, por difusión de nutrientes desde el lecho pero no se ha producido neoangiogénesis. Solemos encontrar esta coloración cuando hemos injertado una herida en condiciones que no son óptimas. Cuando la observamos pasada la primera semana desde el procedimiento, y las piezas no están fijas en el lecho (están “bailando” en el lecho;), nos indica que esos injertos ya no prenderán. A pesar de esta ausencia de prendimiento, interesa mantenerlos en el lecho de la herida, ya que liberen factores de crecimiento y células que promueven la cicatrización y disminuyen el dolor. Si vemos un estancamiento en la cicatrización, a partir de la tercera semana, podemos plantear la retirada de estos injertos, que no están adheridos, y realizar una nueva cobertura con injertos en sello. Ver post: “¿Por qué no han prendido los injertos en sello?”

También es normal encontrar restos de exudado y costras entre los injertos, que tienen una función promotora de la epitelización, además de protectora. Por lo tanto es fundamental no retirar este material, que puede presentar diferente coloración, desde amarillenta-marronácea hasta agranatada-negruzca.

Después de esta explicación, ya puedes entender por qué el aspecto de estos injertos en la primera cura, una semana después del procedimiento, es normal;)

 

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